CRIANZA
¿Qué errores cometemos tratando de fortalecer la autoestima de nuestros hijos? ¿Cuáles son las maneras de contribuir a que se sientan más seguros de sí mismos?
Felicitar a los chicos y celebrar sus logros, es lo que la mayoría de las madres considera importante para colaborar en la construcción de la autoestima de un hijo y en la confianza en sí mismo, mientras que ponerles límites, no es tan tenido en cuenta como factor relevante. Esto es lo que se desprende de una encuesta sobre crianza y maternidad realizada por Wonderpanel a 8000 madres en la que, ante la pregunta de cómo contribuyen a generar una buena autoestima en sus hijos, un 60% respondió “felicitándolo y celebrando sus logros”, mientras que solo un 25% asoció “la puesta de límites” a la conformación de la seguridad en sí mismos.
Antes estas respuestas, las Lic. Claudia Yellati y Ruth Wicnudel, psicólogas, explican que los límites favorecen a la construcción de una buena autoestima, ya que hacen de tope a las fantasías y producen alivio. Muchas veces, el temor a que los hijos se frustren puede producir un círculo vicioso que se retroalimenta negativamente. “Cuanto más pide, más le doy (para que esté contento, y no se frustre), y cuanto más le doy más me pide”. Esta es una frase recurrente que se escucha de los padres, que al sentirse sobre exigidos por sus hijos se desbordan y “explotan”, y terminan recriminándole y enojándose con ellos, haciéndolos sentir culpables, temerosos o inseguros.
En el mismo sentido, un 73% de las madres encuestadas concuerda con la idea de “hacer todo lo posible para evitar que sus hijos se decepcionen o se sientan frustrados”, demostrando el miedo a que sus hijos sufran de decepciones, algo inevitable y a la vez enriquecedor para la vida de una persona.
Otro de los resultados que se desprende de esta encuesta, es que el 95% del total de las madres acuerda con la afirmación de que “uno de los principales objetivos en la crianza de los hijos es ayudarlos a tener una buena autoestima”, y al tener que elegir palabras que reflejen los principios o ideas fundamentales que rigen como guía en la crianza de los hijos, un 62% se inclinó por la palabra “amor”, mientras que solo un 17% tuvo en cuenta “los límites”.
Nadie podría dudar que toda madre quiere lo mejor para sus hijos, pero la pregunta universal que todas se plantean es ¿cómo lograrlo?
Además de lo saludable que resulta poner límites, es esencial que el niño se sienta querido y aceptado por sus padres “tal como es” para adquirir confianza en sí mismo. Puede no sentirse querido o valorado cuando:
- Sus padres no separan un comportamiento inadecuado de su persona total. Ej.: “si me desobedeciste, sos un rebelde”, “si mentiste, sos un mentiroso”.
- No se reconocen sus sentimientos o deseos como válidos lo cual no significa que haya que acordar con ellos. Ej.: no tengo hambre, estoy triste, no quiero hacer la tarea, etc.
- Cuando no se soportan las “fallas y errores” como parte del desarrollo y crecimiento, y se les pide que sean distintos a lo que pueden ser.
- Cuando no se les da la posibilidad de elegir o de intentar solucionar sus propios problemas obstaculizando así su autonomía.
A pesar de que la mayoría de las madres encuestadas considera que “la felicitación y la celebración de los logros de un hijo” contribuyen a robustecer su autoestima, las alabanzas deben ser apropiadas a la edad y al grado de aptitud de cada hijo, ya que el exceso de entusiasmo a veces puede generar reacciones adversas tales como:
- Detener el deseo del niño de seguir prosperando.
- Generar desconfianza y confrontar al niño con sus debilidades. Ej.: “mi mamá me celebra porque soy inteligente, pero en la escuela me saco bajas notas”.
- Generar angustia y entorpecer una actividad.
Retomando la encuesta realizada por Wonderpanel, se destaca el amor como una de las constantes esenciales para favorecer una buena autoestima. Sin embargo, “el amor”, debe estar acompañado por límites claros y firmes a lo largo del crecimiento, ya que contribuyen en la construcción de la seguridad y la confianza en sí mismos.
Es importante subrayar, que no es posible educar sin producir frustraciones ni enojos en los hijos. A su vez, tolerar y reconocer sus sentimientos, sin recriminarles ni culpabilizarlos por sus reacciones, los ayudará a crecer saludablemente. Aceptar a cada hijo con sus particularidades, es el alimento para que desarrolle la aceptación de su persona. Por último, no debemos olvidar que los padres, desde el inicio de la vida, somos modelos de conducta y de autoestima para nuestros hijos.